Llegamos al número 200 de la Revista Jurídica Militar. Siempre que se alcanza un número redondo, en cualquier área de la actividad humana, es costumbre formular alguna reflexión o recapitular sobre el camino andado. No seremos excepción, máxime cuando nuestro proyecto, especializado y no especialmente atractivo para quienes sean ajenos a él, no permitía un excesivo optimismo sobre una perdurabilidad en el tiempo.
Lo cierto es que el esfuerzo desinteresado de los responsables de las distintas secciones, las aportaciones externas y la confianza de nuestros suscriptores han contribuido a la forja de un producto que, por su periodicidad, contenidos y agilidad, se ha consolidado con éxito, a tenor del número de suscripciones y lecturas logradas, siempre dentro de los márgenes que su naturaleza impone y en comparación con terceros, veteranos o novedosos, que en el ámbito de su incumbencia existan.
Pero el tiempo no discurre gratuitamente, estamos a las puertas de 2023 y nuestros comienzos datan de 2004. Esto es, casi veinte años dan mucho de sí, y, aunque hubieren sido fructíferos, quizá sean precisos cambios o perspectivas renovadas que enriquezcan nuestra aportación al mundo castrense, sin abdicar, claro está, de los principios o guías que desde nuestros inicios nos alientan, tales como el amor a España, la lealtad a la Constitución y a la Corona y una percepción institucional de nuestros Ejércitos.
Por tanto, al socaire del hito, quede expuesto el reto, abierto a meditación, sobre las mudanzas de diferente sesgo que fuere menester abordar. Las correspondientes sugerencias, formales o de fondo, serán recibidas con la atención debida. Y, en todo caso, muchas gracias a todos los que nos han acompañado en la navegación.
|