“Ejército”, junio 2013, publica la revista del Ejército de Tierra el artículo “La carrera horizontal”, del que es autor el general auditor Eduardo Matamoros Martínez, quien aborda un novedoso modelo de carrera profesional, el “horizontal”, contrapuesto al tradicional de trayectoria vertical; se refiere el autor a la Ley 7/007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público, aplicable subsidiariamente al personal militar. El modelo de carrera horizontal, esto es, aquel en el que el militar, en un momento determinado ve imposibilitado el ascenso en el empleo, bien por haber pasado a la situación de reserva, bien porque en aplicación de la vigente normativa castrense de evaluaciones y ascensos queda retenido en un determinado empleo para el resto del tiempo que le quede de servicio activo, no parece que provoque especial polémica para el personal en reserva, una especie de prejubilación, pero, sin duda, sí lo hace para quienes quedan retenidos en su empleo, para aquellos que, en tiempos de lenguaje menos políticamente correcto que el actual, se denominaban “postergados.”, bien por haber sido declarados definitivamente no aptos para el ascenso, bien por no superar el máximo de ciclos de evaluación sin obtener el ascenso, circunstancia ésta, cada vez más frecuente y cuyas consecuencias me aventuro a calificar como muy negativas, no solo personal, sino institucionalmente. Y tal polémica surge, porque no puede realmente hablarse de promoción horizontal para alguien que, en una profesión como la militar, estructurada en numerosos empleos jerarquizados, queda estancado en los escalones más bajos de la pirámide jerárquica, con las limitaciones profesionales que esto conlleva y con el sentimiento de frustración y desánimo que genera. Hoy por hoy, hablar de promoción o de carrera horizontal supone poco más que un puro juego de palabras. |