75 aniversario del Ejército del Aire. Hubo un tiempo en el que el imaginario colectivo retenía proezas como las de los vuelos trasatlánticos del “Plus Ultra” o del “Jesús del Gran Poder”, de la “Escuadrilla Elcano” y su vuelo Madrid-Manila, o la trágica desaparición de BARBERÁN y de COLLAR, hechos todos anteriores a 1939, cuando los medios aéreos se adscribían al Ejército de Tierra, sin olvidar la Aeronáutica Naval, antecedente del Arma Aérea de la Armada.
También previas a la fecha fundacional quedan las acciones de guerra, primero en Marruecos y luego en la guerra civil, en la que ambos bandos rivalizaron en arrojo e incluso con ejemplares muestras de caballerosidad en el combate. Posteriores son las libradas en los 40 en el frente oriental, en los 50 en Ifni y en los 90 en los Balcanes. Tras una primera época de organización y consolidación (YAGÜE, KINDELÁN, GALLARZA…), irrumpe, a partir de los acuerdos con EEUU, la modernización tecnológica, con la incorporación de material a la altura de los países punteros, incluso con aportaciones valiosísimas de la industria nacional.
Lo que decantan estos 75 años es una Aviación militar que ha sabido conciliar tradición y modernidad, a pesar de su juventud en comparación con los Ejércitos hermanos. Basta, en cuanto a lo primero, visitar cualquier unidad, observando y departiendo con sus integrantes, y, en cuanto a lo segundo, la larga experiencia acumulada en maniobras y operaciones internacionales, desde Namibia en 1988 hasta hoy, con un brillante desempeño. Para concluir estas breves líneas dedicadas al Ejército del Aire no está de más recordar su desaparecido Cuerpo Jurídico, que tan buenos profesionales aportó al mundo del Derecho Militar e incluso a otros ámbitos ligados a la aviación en general. Sus especialistas en Derecho Aeronáutico continúan siendo referencia admirable. No es momento de reiterar consideraciones otras veces expuestas sobre los motivos, oportunidad y acierto de la unificación de los tres Cuerpos Jurídicos en abril de 1988.
Nos llega el último libro de ALEJANDRO NIETO (“La rebelión militar de la Generalidad de Cataluña contra la República, el 6 de octubre de 1934 en Barcelona”), catedrático emérito de Derecho Administrativo y Premio Nacional de Ensayo 1997. Su prolija exégesis de los acontecimientos se desarrolla de forma objetiva y distanciada, con utilización de fuentes de conocimiento mayoritariamente catalanas. El dibujo moral de los protagonistas, la utilización partidista de las instituciones, de la historia y de la enseñanza, la demagogia desaforada y los embates a la justicia, configuran un escenario inquietante, perfectamente reconocible ochenta años después. Muy interesante el tratamiento de las consecuencias jurídicas de los hechos, a la postre efímeras. Es difícil resistirse: MARX, parafraseando (y corrigiendo) a HEGEL en “El 18 de brumario de LUIS BONAPARTE”, afirmaba, en relación con la repetición de acontecimientos y personajes históricos, que la primera vez aparecían como tragedia y la segunda como farsa. Aunque en el 34, a pesar de los muertos, también hubo dosis de lo segundo.
Un último apunte. Se publica el 17 de octubre el Real Decreto 872/2014, de 10 de octubre, por el que se establece la organización básica de las Fuerzas Armadas. La norma deriva de la Directiva de Defensa Nacional, de julio de 2012, y de la Directiva de Defensa, de octubre de ese año, y cuenta como antecedente y complemento el Real Decreto 454/2012, por el que se desarrolla la estructura básica del Ministerio de Defensa. Se consolida la capacidad operativa del JEMAD, se reestructura el Estado Mayor de la Defensa (el Centro de Inteligencia de las FAS pasa a depender directamente del JEMAD , se crea en el Cuartel General la Jefatura para la Acción Conjunta, y CESEDEN y UME se encuadran en el EMAD) y se concretan las competencias de los tres Jefes de Estado Mayor.